Últimamente el café ha salido a la palestra no solo por su intenso aroma y sabor, que cautiva a millones de personas, sino por el cambio climático. Sí, como lo oyes. Seguramente, pensarás, ¿qué tienen que ver el cambio climático y el café? Pues mucho, pero tranquilo, si eres amante de esta bebida, te adelantamos que no corre peligro.
Durante la celebración de la COP21 (Cumbre del Clima de París) en 2015, los países productores pusieron de relieve su preocupación ante la escasez de terrenos para producir. Basándose en el cambio climático, argumentaron sus razones para sentir temor ante los años venideros. Y es que, como sabrás, esta planta se cultiva a cierta altura y, a causa de la variación de la temperatura media en la Tierra, estimaron que iban a tener que tomar medidas, como cultivar el café unos 500 metros más alto. Algunos productores incluso denunciaban que grandes plantaciones de café que durante muchos años habían producido con normalidad, ahora daban problemas y apenas quedaban terrenos aptos para el cultivo.
Ante este panorama, en el segundo trimestre de 2016, un estudio de la entidad australiana The Climate Institute ha sembrado más dudas al confirmar la relación entre el cambio climático y el café. Un binomio que, a primera vista, parece querer dejarnos sin nuestro ansiado elixir en la oficina. No obstante, aunque la publicación de este informe -encargado al parecer por una asociación de comercio justo- alertó a todo el mundo, simplemente consistía en un recopilatorio sobre estudios anteriores sin aportar nuevos datos.
Un giro de 360 grados que nos deja con mejor sabor de boca a miles de cafeteros en todo el mundo.
Este planteamiento, que siembra muchas incógnitas en torno a la producción del café, ha sido rebatido recientemente por un estudio, con base científica, realizado por la Universidad de Exeter (Reino Unido). Los investigadores que han presentado este nuevo estudio han analizado muestras de campo en laboratorio durante veinte años (1990/2015) y han constatado que el cambio climático y el café no guardan ninguna conexión y no es un factor determinante en la evolución de la roya (hemileia vastatrix), un hongo que afecta a las hojas de la planta de café y es capaz de devastar las plantaciones.


